El Dircom del futuro
- saracamol
- 13 dic 2015
- 3 Min. de lectura
Para cerrar de la mejor manera la parte teórica de Dirección de Comunicación, nos ha visitado Antonio Rueda, ex alumno de la universidad.
El contexto en el que se mueve el dircom no para de mutar y de evolucionar hacía una era en la que sin duda verá ampliadas sus funciones y su papel en la empresa. Pues, su capacidad para lidiar los cambios y entender los problemas es esencial.
Antonio Rueda muy acertadamente decía: "Si entendemos los problemas, encontraremos las soluciones". Por ello, el dircom del futuro como si fuera Marty McFly, de Regreso al Futuro, debe ser consciente de todo lo que está ya ocurriendo o lo que está por venir.
Para empezar tenemos a Watson. El ordenador que se convierte en el claro ejemplo paradigmático del cambio.
Desarrollado por la corporación estadounidense IBM, es capaz de responder a preguntas formuladas en lenguaje natural. Así pues, puede hablarte y procesar toda la información en cuestión de segundos sobre cualquier temática. Incluso hace funciones mucho mejor que científicos y jueces. Por no decir que ha publicado un libro de recetas.
Watson definitivamente asusta por su capacidad de aprender rápidamente y por superar en muchos momentos a los humanos. Por eso Antonio Rueda enmarca su presentación bajo la cuestión: "Y Watson, ¿cómo lo haría?

Otro paradigma digno de considerar es la III Revolución Industrial de la que habla Jeremy Rifkin, y a quien se suman países como Francia, Alemania o China.
Según Rifkin estamos en un momento de cambio económico caracterizado por Internet y las energías renovables. Hasta ahora las revoluciones surgían como respuesta a la escasez, pero en la actualidad vivíamos en la era de la abundancia.
También, factores como el 'coste marginal 0' basado en gratuidad que ofrece Internet, han revolucionado el panorama. Los economistas deben plantearse nuevas fórmulas para generar valor, puesto que ahora es complicado hacer pagar por los mismos productos que siempre hemos encontrado gratis por la red.
Así mismo el nuevo modelo está empezando a ser condicionado por la robotización. Numerosas noticias se hacen eco de la cantidad de trabajos realizados por automatización. Una práctica que no sabemos hacía dónde va a evolucionar.

Pero lo que sí está claro es que ante todo esto hay oportunidades para el Dircom. El Dircom debe mirar donde otros no ven y aprovechar el momento adecuado. Su función cobra más sentido que nunca. No solo es una persona clave para el desarrollo de la empresa, sino que es el productor del discurso que marca el buen desarrollo de la marca.
Está claro que en este nuevo contexto es todavía más complicado controlar y supervisar la totalidad del discurso que proyecta cada empleado, cada "pata" de la "mesa", pero sí puede marcar los pasos a seguir y adaptar la misión y valores del negocio a la realidad del momento que vivimos.
El Dircom del siglo XXI establece estrategias, cohesiona la imagen que quiere proyectar con cada una de sus manifestaciones, supervisa que cada acción sea coherente con sus valores. Y está al tanto de cualquier indicio que suponga una amenaza a la imagen y la reputación de la compañía.
Y lo más importante vela por lograr que todos los trabajadores sientan que forman parte de la empresa. Logra que cada persona sienta que su trabajo sirve y hace feliz a múltiples personas.
La figura del Dircom me recuerda en parte al dibujo animado Doraemon. Este personaje tenía un bolsillo mágico repleto de objetos que permitían ayudar la gente con ciertas necesidades. El Dircom también cuenta con ese especie de bolsillo mágico lleno de herramientas para que la empresa funcione cada día.

La vida de las empresas también sería mejor con un Dircom del futuro multipreparado.
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